Harta de que desbarate mi presente dejé la última lágrima escapar, permití que el consuelo arroje la toalla, traspasé la derrota con dolor y descubrí que el pasado no tiene remedio, que debía prender una vela en su recuerdo, hasta hacerle una misa si era preciso para cancelar por siempre su presencia.
Hoy ya somos 17... quizás mañana cientos, igual que ese pueblo indígena que habita silencioso los surcos del tiempo y la memoria.
Por eso te invitamos a compartir sueños, utopías, esperanzas, canciones, juegos, llanto, risa.
Recibimos tu paz, te entregamos nuestras alegrías.
Te damos la bienvenida, acompáñanos, iniciemos nuestro Trueque Muisca.
Luz en la Vida de Todos.
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1 comentario:
Querida amiga, el pasado nos deja una huella imborrable; cierto, hay que superarlo, sin embargo aparece cuando menos lo esperamos. Simplemente te digo:La casa permanece abierta para que los rayos del sol y de la luna la acaricien. Quedará abierta para siempre.
Una abrazo
Carlos Eduardo Rojas
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