Nunca la abandonaron. En el jardín las mariposas amarillas me reciben con su danza. Abrí la puerta muy despacio y el brillo de las miradas me dio su bienvenida. Los ecos de las voces tampoco se apagaron, inclusive escucho las que ya no están. El aroma del café recién servido es una caricia para el alma.
Ahora que regreso las paredes de la casa tienen los colores del arco iris. En el aire la música me invita a suspirar y me dejo guiar por aquella melodía que evoca tiempos sin nombre.
Mis pasos me llevaron por caminos que cuestionaron las certezas. Mi silencio fue un grito que se apagó lentamente y fue a parar en la cara oculta de la Luna. Siento profunda emoción al comprender que la vida es una sola y a la vez una espiral que se pierde detrás de la montaña.
Aquí estoy de nuevo, gracias por esperarme y alegrar esta morada con su complicidad.
3 comentarios:
¡Qué gusto, leerte de nuevo por aquí Caselo!
Saludos desde México.
HERMOSO!!!
Ya conozco tus kilates en decires.
Te dejo un saludo deseandóte un domingo con cataratas de alegría.
un cariño y mi paz
te dejo
Marycarmen
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Hola Caselo.
Amigo querido, gracias por la invitación al correo.
Oie, es verdad, nunca nos hemos ido... solamente, hemos ausentado los pasos por algunos instantes.
Ya sabes, los ritmos acá afuera, no siempre permiten... Pero ya estaremos nuevamente juntos, no te parece?
Un abrazote fraterno, siempre! ;)
PD: Cuidtae mucho, espero estes muy bien.
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