Fui feliz en aquel amanecer a principio de verano, donde me inundó el perfume de la dicha. Suspiré y alrededor sobrevino la paz, lo experimenté en la suspensión que produce el alma cuando pasa una tormenta.
Allí decidí no existir para nadie y hoy camino exiliada en la soledad para no dejar huella. Tan solo vuelo la oscuridad a través de los paisajes para que la multitud no despierte. Encuentro un mundo nuevo y un pequeño claro recién nacido frente al cielo. En el enciendo un fuego y lo transporto a todas partes, me acompaña en su ritmo y viene a mí como las olas de un mar azul íntimo, transparente y sencillo. Su dulzura es silencio pero no vacío ni ausencia, me colma, es la lisa amplitud de un paraíso donde las palabras y los pensamientos no hacen falta.
Me abrazo a la música y su movimiento extrañamente aquieta el entorno. Necesito estar ardiendo para llenarme de una pequeña y ligera nota que dibuja un sentimiento. Es una sensación de libre amor en el que puedo refugiarme. Me entrego a las estrellas, es de noche y negocio con el sueño un pacto para vencer al tiempo, nada quiero esperar ante un mundo que se aleja.
Aún sigo en ese pequeño claro, pasando de puntillas, como si fuera el ser más solitario y desequilibrado que jamás hayas conocido.
Allí decidí no existir para nadie y hoy camino exiliada en la soledad para no dejar huella. Tan solo vuelo la oscuridad a través de los paisajes para que la multitud no despierte. Encuentro un mundo nuevo y un pequeño claro recién nacido frente al cielo. En el enciendo un fuego y lo transporto a todas partes, me acompaña en su ritmo y viene a mí como las olas de un mar azul íntimo, transparente y sencillo. Su dulzura es silencio pero no vacío ni ausencia, me colma, es la lisa amplitud de un paraíso donde las palabras y los pensamientos no hacen falta.
Me abrazo a la música y su movimiento extrañamente aquieta el entorno. Necesito estar ardiendo para llenarme de una pequeña y ligera nota que dibuja un sentimiento. Es una sensación de libre amor en el que puedo refugiarme. Me entrego a las estrellas, es de noche y negocio con el sueño un pacto para vencer al tiempo, nada quiero esperar ante un mundo que se aleja.
Aún sigo en ese pequeño claro, pasando de puntillas, como si fuera el ser más solitario y desequilibrado que jamás hayas conocido.
M.José
6 comentarios:
JOSEEEEEEEEEEEEEEE amiga del alma, mi Hada Madrinaaaaaaaaa. ¡Qué lindo dejaste Trueque! Le pusiste un lluvia de estrellas, además el título. Gracias amiga, no solo has interpretado siempre lo que quiero de este espacio,tambén creo que nuestros cómplices se sienten identificados.
Tus letras, tus pinturas pero especialmente tu gran corazón hacen que cualquier lugar en el que estés sea mágico.
Un fuerte abrazo, un beso y de nuevo GRACIAS
Carlos Eduardo
Carlos, el primer cambio sí se lo dí yo, este último no he sido yo.
Pero igualmente, sea quien sea lo ha dejado muy bonito.
Un abrazo
MJ
Ay amiga jajajajaja igual sigues siendo mi Hada Madrina. Y entonces MIL GRACIAS al compañero o compañera que dejó tan lindo el blog. Para mí es un regalo hermoso.
Carlos Eduardo
Hola mis amigos. ;))
Fui yo que hice los cambios, como el banner nuevo, la lluvia de estrellas amarillas, la feeed, y los otros gadgets.
Que bueno que gustaran, me quedo feliz en saber.
Un beso para todos.
Sill
Mi querida Sillvana, ¡Bienvenida a tu casaaaaaaaaaaaa! Gracias por los cambios. De eso se trata, de que este blog tenga el sello de quienes participamos. Y el tuyo es el de la dulzura.
Un abrazo enorme amiga
Carlos Eduardo
Me gusta como está quedando el blog, aunque lo que más me gusta es la enorme calidad humana y fraternal que se respira en él.
M.Jose, espero que sigas siempre igual de desequilibrada, por el bien de todos.
Un abrazo para todos.
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