Hoy ya somos 17... quizás mañana cientos, igual que ese pueblo indígena que habita silencioso los surcos del tiempo y la memoria.
Por eso te invitamos a compartir sueños, utopías, esperanzas, canciones, juegos, llanto, risa.
Recibimos tu paz, te entregamos nuestras alegrías.
Te damos la bienvenida, acompáñanos, iniciemos nuestro Trueque Muisca.

Luz en la Vida de Todos
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viernes, enero 30

Tic... Tac


Tic............ Tac............ Tic............ Tac............ Tic............ Tac
Tic..... Tac..... Tic..... Tac..... Tic..... Tac..... Tic..... Tac
Tic.. Tac.. Tic.. Tac.. Tic.. Tac.. Tic.. Tac.. Tic.. Tac.. Tic.. Tac
TicTacTicTacTicTacTicTacTicTacTicTacTicTacTicTac
TcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTcTc

¡¡¡¡¡¡¡¡¡ALTOOOOOOOOOOOOO!!!!!!!!!

Tic............... Tac............... Tic............... Tac............... Tic............... Tac

El tiempo y sus consecuencias es algo que sólo existe en tu mente,
 si no lo haces desaparecer, 
acabará dominándote.

Hazte dueño del tiempo antes de que él se adueñe de ti.

miércoles, enero 21

Avenidas de lavandas

Descalza, me recuerdas
una niña persiguiendo estrellas,
vacilando entre la risa y la impotencia presentida.
Caminas estrenando avenidas de lavandas florecidas:
Tersa, natural, admirable, perfecta ...despojada.

domingo, enero 18

Cuando sea una viejecita, quisiera ser como ella...


La pobre viejecita



Érase una viejecita

sin nadita que comer

sino carnes, frutas, dulces,

torta, huevos, pan y pez.


Bebía caldo, chocolate,

leche, vino, té y café,

y la pobre no encontraba

qué comer ni qué beber.


Y esta vieja no tenía

ni un ranchito en que vivir

fuera de una casa grande

con su huerta y su jardín.


Nadie, nadie la cuidaba

sino Andrés y Juan Gil

y ocho criados y dos pajes

de librea y corbatín.


Nunca tuvo en qué sentarse

sino sillas y sofás

con banquitos y cojines

y resorte al respaldar.


Ni otra cama que una grande,

más dorada que un altar,

con colchón de blanda pluma,

mucha seda y mucho olán.


Y esta pobre viejecita

cada año, hasta su fin,

tuvo un año más de vieja,

y uno menos que vivir.


Y al mirarse en el espejo

la espantaba siempre allí

otra vieja de antiparras,

papalina y peluquín.



Y esta pobre viejecita
no tenía que vestir

sino trajes de mil cortes

y de telas mil y mil.


Y a no ser por sus zapatos,

chanclas, botas y escarpín,

descalcita por el suelo

anduviera la infeliz.


Apetito nunca tuvo

acabando de comer,

ni gozó salud completa

cuando no se hallaba bien.


Se murió del mal de arrugas,

ya encorvada como un tres,

y jamás volvió a quejarse

ni de hambre ni de sed.


Y esta pobre viejecita

al morir no dejó más

que onzas, joyas, tierras, casas,

ocho gatos y un turpial.


Duerma en paz, y Dios permita

que logremos disfrutar

las pobrezas de esa pobre

y morir del mismo mal.





Esta es una de mis poesías favoritas, la tomé del libro "El galano arte de leer", que llevé en la clase de Literatura en la escuela secundaria, hace muuuchos años. La imagen la tomé directamente del libro, con mi camarita electrónica. ¡Disfrútenla!


miércoles, enero 14

Miradas

Miradas de ángel
en espera del misterio
Miradas abridoras de cielos,
buscando verdades.
Miradas de adivino,
presintiendo mis besos.
Miradas de enero,
adelantando febrero.
Miradas de esperanza
en la siembra del día.
Miradas de “tal vez”
desbaratando jamases
Miradas refugio
en mi ternura anidadas.
Miradas dadoras de luz,
enemigas de fantasmas.
Miradas
"escenario del sol"
en donde cant
o este amor.

jueves, enero 8

Canta el hombre

Sólo de lo negado canta el hombre,
sólo de lo perdido,
sólo de la añoranza,
siempre de lo mismo.

Cuando cerró para siempre el huerto,
la cancela de espinos,
entonces se inventó la queja de la lira,
la flauta del suspiro.

Y desde entonces sólo canta
en su torre el cautivo,
en su rueca la esclava,
el desterrado en el navío.

En su jaula aletea y sangra
el pájaro desconocido;
salir quiere y no puede,
su jaula es él mismo.

Y por eso el minero canta,
por un sol de oro limpio.
Canta el pobre, la pena canta,
no canta el rico.

Entre las piernas de la amiga,
vida encuentra el amigo,
se encuentra con un tesoro
de verdes ojos fríos.

Y así es como canta el hombre,
por su niño antiguo,
la boca, sin pan y sin besos
y el cielo vacío.

Siempre de la añoranza,
de lo negado, de lo perdido.
Siempre de lo de otro,
nunca de lo mío.

Agustín García Calvo, de Canciones y soliloquios.

lunes, enero 5

La plaza sin tu risa


Plaza España. Córdoba. Argentina.
Enero 2009

Mariposa


Arráncame como arrancan las hojas de una flor, porque en tu imaginación soy una flor en realidad no lo soy, arráncame y veras que sale sangre, que el color rojo es de mi propia alma que llama a la puerta de la muerte y la encuentra encerrada.
Belleza de flor, en realidad no tengo belleza

Tengo deseos de encontrar esa puerta en esa habitación tan oscura que me lleve lejos de aquí, lejos, donde mi alma podrá descansar, donde mi heridas se podrán curar, donde mi débil corazón no tenga que aguantar el ritmo de esta vida y sobre todo donde mi piano suena con armonía.
Arráncame las hojas, es igual siempre hay una espina en una flor y aun así la reglas en la vida y en la muerte, una gota de sangre no es nada, mis lagrimas llenaron el mar hoy.

Espera...hay una mariposa por ahí, espera a ver si me lleva con ella...
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